viernes, 28 de mayo de 2010

"ATERRADO", UNA DE TARZÁN.

Ayer, miércoles 26 de mayo, echamos amarras al atraque 411 del puerto de Benalmádena. A las 8.30 de la mañana, con un día reluciente y un puerto al que todavía no le había sonado el despertador.
Teníamos trabajo por delante, recoger, hacer bolsas, maletas, tirar basuras, limpieza superficial y ordenar lo más posible el interior del barco. Entre medias, desayunamos en la cafetería de siempre el "Casabianca", para ver a nuestro amigo Ramón, el encargado.
Éste es un fanático del Barsa aunque a decir verdad es muy buena gente y deportista. Quería darle su momento de gloria y verle para que se enorgullezca ante mi, madridista de pro, de su equipo. Como justo hoy libraba nos conformamos con las famosas tostadas del local.
A partir de ahí, empezó la, vamos a decirlo así, "dinámica" vida en tierra. Recibimos varias visitas de amigos ávidos por oír y preguntar muchas de los sucesos y anécdotas vividas. Entre ellos, Piti, Pedro Montes, nuestro Ale de la Viña, Dani del Maracas y Alberto, uno de mis futuros consejeros, ¡joder! Dicho así, parezco un ministro. No por Dios, con la que está cayendo.
Fué bonito y emocionante también, reencontrarnos con todos ellos, además de las llamadas de bienvenida. Pero la llegada a mi casa, al hogar,… ¿os acordáis del anuncio del turrón "vuelve a casa por navidad"? pues se queda muy corto. Qué excitación todo el camino hasta llegar. Cómo me costó no pisar el acelerador a fondo para llegar antes y, no os voy a engañar, también echaba de menos meterle caña a la bala dorada.
Y el recibimiento… ¡uff! Disculpad pero me lo dejo para nuestra intimidad. Sólo deciros que merece un millón de veces la pena, dejar esa vida y esa pasión por el mar y poder sentir el amor y el calor de los tuyos cuando llegas al hogar.
Después de cuatro meses embarcado estoy en tierra. Supone un cambio de vida grande. Ahora me encuentro en la fase de "aterrarme". Tranquilos, no es que este aterrado, asustado, de hecho acabo de inventar un nuevo significado a esa palabra (aunque es posible que exista y yo no lo conozca). Bien, intentaré explicároslo para que comprendáis lo que me está sucediendo en tierra durante los primeros días:
Al igual que cuando zarpas en una media o larga travesía, los primeros dos días, en mi caso, son para "amarinarse" es decir, hacerme a la vida a bordo, acostumbrarme al balanceo del velero, las olas, el camarote, cocinar, en resumen, las rutinas de, sobre todo, las percepciones que siente tu cuerpo y que son muy diferentes a las que tienes en tierra (a no ser que estés en una montaña rusa).
En mi caso, mi cuerpo está extraño, no me pongo malo vomitando y demás pero hasta pasados dos días intento no pasar mucho tiempo en el interior del barco y llevar una vida a bordo lo más estable posible. Después de ese tiempo, pasa como por arte de magia y soy capaz de fregar haciendo el pino abajo, en la cocina del barco, como si nada. Entonces, por fin estoy "amarinado".
Pues lo mismo pero al revés me esta ocurriendo en tierra firme después de tanto tiempo en el mar. Os daré varios ejemplos gráficos de incidencias en mis primeros días en tierra:
EJEMPLO 1: Tardo un mundo en hacerme el desayuno. Hasta que me acuerdo donde esta el café, el aceite para el pan, el azúcar, tazas, etc. abro 10 veces los armarios/cajones. Lo mismo en el cuarto de baño, con el champú, pasta de dientes, etc. así en toda la casa.
EJEMPLO 2: ¡Se me han quemado las tostadas! Calculaba por inercia el mismo tiempo para tostar el pan en la vitrocerámica que en el fuego de la cocinilla del barco… error.
EJEMPLO 3: Siento un profundo rechazo por la televisión. No sé, me ciega, me ralla muchísimo. No se si es el contenido, que lo es seguro, o la luz que emite, llamativa, excesivamente brillante con continuos cambios de planos y colores. Tuve que pedirle a mi mujer que la quite a pesar de la costumbre que tiene ella (y yo antes) de siempre de dormirse con la TV encendida.
EJEMPLO 4: Esta noche, de madrugada, me levanto para ir al baño, abro la puerta del dormitorio y cuando adelanto el primer pié para salir de la habitación tropiezo con la perra y me caigo de bruces por encima de ella con el consiguiente alboroto. ¡Se me había olvidado! Ella siempre duerme ahí y nunca había tropezado con ella por muy dormido que estuviese. La sorprendida cara de la pobre parecía pensar "¿será posible que se le ha olvidado que duermo aquí porque no me dejan dormir encima de la cama pegado a él ocupando ¾ de la cama y el resto para él y la víbora de su mujer?
EJEMPLO 5: ¡Debajo de las televisiones hay nuevos aparatos negros con mando a distancia independiente del de la TV! Vaya lío, más mandos, cables, etc. ¡Uff, con lo sencillo que era todo a bordo del Peter´s Boat! ¡Y llevo sólo un día! Me siento como Tarzán cuando le llevaron a Nueva York.
Espero "aterrarme rápido" y así no acabar subido a lo alto del puente de Brooklyn como el salvaje incivilizado en el que me convertí.
Para acabar este diario, informaros que aunque haya llegado el final de esta aventura aún no he acabado de contaros anécdotas y vivencias en general ocurridas en estos cuatro meses. Todavía hay mucha miga y ganas por contárosla, no os la perdáis.
Por ello este blog seguirá activo y con intención de mejorarlo y ampliarlo. Gracias amigos.

2 comentarios:

  1. PAQMAN dijo...
    Eso, eso sigue escribiendo en el Blog durante mucho tiempo, que seguro que tienes historias para rato!! :)
    Gracias por entreternos durante todo este tiempo y por continuar haciendolo ahora que termina el viaje!!

    28 de mayo de 2010 02:54
    PAQMAN dijo...
    Por cierto muy bueno el simil de Tarzan jejeje

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  2. Koke estas que te sales , no se lo que aprendistes de vela en los cruces,que seguro que no mucho, ya sabes... como algun patron cabron que me decia " ES QUE DONDE NO HAY ,NO HAY" ,ja ja ja; pero lo que esta claro, es que planteate un novelita corta, que en eso si que mejorastes tela.
    Mamones sin comentarios de como esta el barco.... y la puta gallina esa que metisteis en el barco, si si MICAELA la vientre suelto ja ja ja

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