lunes, 10 de mayo de 2010

BALANCE TRAS LA SEGUNDA SEMANA DEL "TORNAVIAJE".

"¡Dos semanas de viaje ya!", nos hemos dicho esta mañana al terminar las guardias de la noche de ayer. Parece increíble cómo pasa el tiempo y nos pone a la mitad del viaje cuando parece que estábamos ayer mismo haciendo la compra de verdura y fruta en el mercado central de St. John´s en Antigua.

Es una buena fecha para hacer balance de cómo llevamos la travesía. Nos quedan aproximadamente 670 millas para la isla de San Miguel en las Azores y 550 para la isla de Faial, del mismo archipiélago. A pesar de que la primera de ellas era el destino fijado en su momento para la escala previa y habitual al hacer el "tornaviaje", así se llama la travesía de regreso a Europa desde el Caribe, es posible que según como se está desarrollando la metereología, y sobre todo lo que está por venir, nos haga cambiar de destino por el de la segunda isla nombrada, Faial. Ésta está un día antes que la primera y debido a la escasez de combustible y, fundamentalmente, a que vamos a tener el viento desfavorable a partir de esta misma noche, cada vez vá ganando terreno esta opción en detrimento de la más lejana San Miguel.

La situación en cuanto a viento se refiere es la siguiente: durante la singladura de ayer navegamos, después de pasar las calmas, con vientos portantes del Oeste que si bien no eran muy intensos, unos 12 nudos, nos hacían deslizarnos a orejas de burro y en menos de 24h hacer 135 millas. Hoy lo hacemos con un viento que roló al N y nos hace ceñir con más viento, 15-18 nudos, con dos rizos, 1/3 de génova enrollado y prácticamente a rumbo directo.

Las previsiones nos chivan que esta noche volverá a rolar, esta vez al Este y con más intensidad. Lo peor que nos podía pasar (descartando las tormentas, borrascas, por supuesto). Eso nos va a obligar a virar y poner rumbo al Norte hasta esperar el mejor momento para volver a virar y seguir a rumbo directo o al menos el más cercano. En definitiva, una situación totalmente anómala a la habitual en estas latitudes y en esta época del año que en condiciones normales deberíamos estar desde hace tiempo con vientos del Oeste y disfrutando de la navegación con esos vientos favorables que nos hubieran llevado a rumbo durante la mayor parte de la travesía.

En cuanto a incidencias del barco se pueden enumerar algunas que, si bien no son graves, debemos estar atentos y en Azores hacer algunos arreglos e inspecciones. La más delicada es el escaso gasoil que tenemos. Disponemos únicamente de ¼ de depósito y más de 500 millas por la proa. Las inusuales calmas han dejado secas todas las petacas de respeto que llevamos. Aunque es un contratiempo, no es del todo grave ya que lo único que nos conllevaría es, en caso de nuevas calmas hacia Azores, un retraso en la llegada. Otra incidencia a observar es la driza de la mayor. A 2 metros por encima del puño de driza hay un descosido a menos de medio metro de otro que ya se reparo. Debemos verificar qué causa esos rozamientos ya que perjudicaría mucho una rotura de la driza en esa parte con un mar algo movido.

En cuanto a los chirridos del palo, ésta es una buena noticia, han dejado de sonar. Pensamos que solo se producen cuando está toda la vela izada. Hemos detectado que cuando tomamos algún rizo deja automáticamente de oírse esos molestos y preocupantes ruidos en una parte que es vital para el velero. Al menos dimos con el por qué, y ya en casa veremos la solución.

Como incidencia meteré también el hecho que no sacamos nada de pescado decente para comer. Tan solo las 2 piezas que devolvimos porque no tenía el tamaño mínimo. También estamos confeccionando una lista de pequeños cambios y arreglos que hay que hacer una vez en puerto, en Benalmádena. Así que, Piti vete poniendo las pilas que además el barco a veces me pregunta por tí… ¿no se por qué?

De agua dulce vamos bien, de comida regular, aunque en Azores nos surtiremos de verdura y fruta sobre todo. Por lo demás, no hay queja, el tiempo es bueno. No es que haga el calor del Caribe pero el sol calienta a poco que se suba sobre el horizonte. Hay que destacar también que no nos ha llovido en las dos semanas y eso se agradece.

Hoy, por lo que veis, el diario es bastante más técnico en cuanto a la navegación, con más detalles marineros que también hacen falta que para eso estamos metidos en 40 metros cúbicos rodeados de billones de billones de hectómetros cúbicos de agua y siempre a merced de la naturaleza.

Aún así, a pesar de tanto tecnicismo, no me quería despedir hoy sin reflejaros un pensamiento que tuve esta mañana sentado en la banda de babor y viendo navegar el velero en un mar, ahora si, más exigente. Estaba, como digo, sentado, adaptando mi cuerpo a cada balanceo del barco y mirando el mar más allá de su proa, brillante con el resplandor del sol justo delante. Era un mar repleto de rociones con ganas ya de embravecerse después de parecer una balsa de aceite durante varios días.

Era una estampa muy bella, notaba al barco muy alegre saltando encima del mar, como si estuvieran jugando juntos con mucha sincronía. No he podido dejar de sentirme orgulloso de él, de su comportamiento, de su carácter y sus ganas de brincar. Eso si, la prudencia y el buen hacer marinero hace que continuamente le estemos metiendo el freno de mano, en este caso, quitando trapo para que con su inocente osadía no provoque a nadie y menos al rey Neptuno.

Después de este pensamiento solo me queda recordaos el grupo de Facebook que esta creado con el nombre de "Aventura a vela Atlántica de Koke Contreras". Podréis ver todas las fotos y videos que se van subiendo de la travesía además de comentar e interactuar con todos los que nos estais siguiendo desde tierra, siempre capitaneado por Diego Maldonado que es el crack que lo mantiene actualizado. ¡Pedazo de pareado que me ha salido!

En el Peter´s Boat no nos olvidamos del espíritu de nuestro tercer tripulante, ¡un abrazo compañero!

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